Año 1965: AV del Fondo Alto
Els pocs mesos que vaig viure amb mossèn Joan Mata (des la meva arribada a Santa Coloma, el setembre de 1965), vaig tenir ocasió de relacionar-me amb l’Enric Mur. Tal com explica en l’escrit que reprodueixo a continuació, arran de les activitats de l’Associació de Veïns del Fondo Alt va conèixer el rector de Santa Rosa i es convertí en una mena “d’home apte per a tots els serveis” del mossèn. Més d’un cop havíem tornat junts de Barcelona. Anàvem al bisbat a tramitar algun paper, ell feia els encàrrecs del Mata i aprofitàvem que érem a prop del carrer Canuda per anar a comprar les hòsties i les espelmes. El senyor Mur, tot i passar moltes hores a la parròquia, em deia que no creia. “Com haig de creure –m’havia dit– si les hòsties amb què el capellà celebra la missa i la gent combrega jo les he comprat, i les he portat en l’autobús!”
Home treballador i entregat a les feines que anaven millorant el Fondo Alt (on ell vivia), s’havia aprofitat de les coneixences del rector i alhora que en treia profit pel barri, se sentia reconegut per la influència que va guanyar, no davant del mossèn sinó de les autoritats municipals.
L’escrit que publico és fruit d’una llarga conversa que, passats uns anys, vaig sostenir amb ell, a casa seva. Li vaig demanar que em fes un escrit però com que se m’excusava argüint que això d’escriure no feia per ell, vam quedar que jo li faria unes preguntes i que apuntaria les respostes. I de discurs no n’hi va faltar.
Estic content, d’haver-li arrancat aquest testimoni. I en plau treure’l ara, perquè a més de recordar el senyor Mur, el que explica complementa el testimoni que vaig publicar dies enrere, sobre Joan Mata.
Testimoni d’Enric Mur
Vine a Santa Coloma el año 1956 (había nacido en Poblenou de Barcelona) y me instalé en la calle Pirineos, donde aun resido. El terreno de esta parte del barrio del Fondo era todo tierra, con unos desniveles tremendos, por donde el carro de basura no podía entrar. Vine a Santa Coloma porque mi tia me dió una vivienda, una habitación en la torre que tenía y me construyó una planta baja en el terreno anejo. En el barrio no había nada de nada. Ni cloacas, ni luz, ni agua, ni asfalto. El agua que usábamos en casa teníamos que ir a buscarla a una fuente pública de la calle San Pacual. Había otra fuente en el pasaje de la Victoria. La mayor parte de los vecinos procedían de la inmigración. Se marcaban los solares y se les decía: aquí se construirá una casa. La gente pagaba pero al constructor ya no le veían más.
Nacimiento de la Asociación
Un dia nos reunimos un grupo de vecinos en la calle Pirineos, bajo un poste de luz que no alumbraba, y decidimos hacer alguna cosa por el barrio. Éramos Barberà, Espí, Antonio, Alfonso, el Milán, el Rodríguez, yo… El barrio abarcaba desde Reloj, Circunvalación, San Pascual, Pirineos, Doctor Pagès, etc. Acordamos que iríamos a ver a mossèn Juan, en la parròquia de Santa Rosa, para pedirle que nos asesorara. Mossèn Joan hacía un par de años que había venido a Santa Coloma. Nunca habíamos tenido contacto con él. Fuimos a verle porque nos pareció que era el camino más directo. Nos presentó al señor Víctor Ramos, que era el concejal del barrio, y al señor Francisco de Miguel, que era teniente de alcalde del Ayuntamiento, quienes nos prepararon una entrevista con el alcalde, señor Víctor Juvé, y nos acompañaron en la entrevista.
Abrir paso al carro de basura
Lo primerp que conseguimos fue un tractor que vino a rebajar las tierras de la calle Pirineos para que pudiese entrar el carro de la basura, tirado por un caballo. Hasta que el carro no entró echàbamos la basura por los solares. La cesión del tractor fue hecha a fondo perdido, el Ayuntamiento no nos cobró nada a ningún propietario. Una vez rebajada la calle echaron sauló. Hasta entonces las aguas sucias, como que no había cloacas, bajaban por los regueros que habían abierto en medio de la calle. ¡La solución de este problema causó una gran alegría en la gente! Al alcalde Juvé le sustituyó el señor Antonio Romero Totusaus. Nos presentamos a él como Asociación de Vecinos del Fondo Alto. Como que vio que no hacíamos política sinó que lo que nos preocupaba era la mejora del barrio nos acogió con interès. Y nos concedió la instalación de los puntos de luz. Mientras no teníamos iluminación pública nos servíamos de unas bombillas cuyo gasto pagábamos del fondo que habíamos hecho los propietarios, pagando una cuota de 100 pesetas.
Para que la Asociación tuviese fuerza jurídica nos hizo hacer unos estatutos con el nombre de Asociación de Vecinos del Fondo Alto. Era gobernador de Barcelona el señor Garicano Goñi. Con los estatutos en la mano, teníamos un poder ante los vecinos. Así, por ejemplo, nosotros nos cuidábamos de vigilar que nadie trabajase en domingo sin el permiso preceptivo. El local de la Asociación estaba en la calle de San Pascual. Esta era una calle llena de barracas, de casetas que se habían ido construyendo sin permiso en pequeños solares cerrados con muros de tochana. La Asociación ya llevaba tiempo funcionando y convocamos a todos los propietarios a una reunión en la parròquia de Santa Rosa. Pusimos cargos a disposición de la asamblea y se hizo la votación de la nueva junta. Yo volví a salir presidente y todos los otros miembros de la junta fueron igualmente reelegidos.
El agua llega a las casas
Una de las primeras cosas que hicimos fue poner agua corriente en las casas. El alcalde pidió al señor Ibáñez, director de Aguas de Barcelona, que nos diesen las máximas facilidades posibles. Las obras de la instalación costaran 750.000 pesetas, que pagamos los propietarios. A mi me tocó firmar las letras, en representación de la Asociación. Para instalar el agua primero se abrieron las zanjas; el Ayuntamiento nos concedió el permiso sin cobrarnos ni cinco. La obra afectó a la calle Pirineos, pasaje Pirineos, calle San Pascual, pasaje San Pascual i pasaje Victoria. A la inauguración de la instalación vino el señor Romero. Para esta ocasión el señor Peric preparó la fuente pública de la calle San Pascual, empalmándole varios tubos que se abrían en todas las direcciones, de modo que cuando el alcalde giró la manivela de la fuente el agua salió apuntando a todas las casas.
Se construyen las cloacas
El objetivo siguiente fueron las cloacas. Se cuidó del proyecto, por parte del Ayuntamiento, el señor Serveto. Se abrieron las zanjas, se pusieron los tubos y los empalmes con las casas. Los propietarios solo tuvimos que pagar los tubos y los desagües. Con esta obra el barrio había ganado mucho. Ya no tendríamos que pasar por unas calles por las que bajaban a la vista las aguas sucias de las casas. Entonces fuimos por otro objetivo, hormigonear las calles. El proyecto lo hizo el Ayuntamiento pero nosotros nos encargamos de contratar la empresa Clotet, que hizo la obra. Gracias a ello, cada metro cuadrado que se realizaba costaba 1.000 pesetas menos que si la obra la hubiese hecho el Ayuntamiento.
Los Magos suben al Fondo Alto
Pero nuestra actuación no se limitó a las cosas urbanísticas, nos preocupamos también de que las fiestas llegasen al barrio. No teníamos aun hormigonadas las calles y ya habíamos conseguido que la Cabalgata de Reyes Magos subiese al barrio, pasando por Reloj, San Pascual, Pirineos, hasta la parròquia de Santa Rosa. Los niños y mayores lloraban de alegría. También mossèn Mata hacía pasar el Via Crucis por nuestras calles, que terminaba en la montaña de los Pinós (hoy, Motocross). Cuando se hacía el Via Crucis la gente barría las calles y colgaba lucecitas de las paredes y, llegado el paso, se cantaban saetas. Nuestra relación con la Comisión de Fiestas del Fondo, que presiía el señor Antonio Pascual, era buena y esto propició que a nuestro barrio llegasen en parte los festejos que organizaban. Así, por ejemplo, subieron las majorettes por nuestras calles sin asfaltar.
Había otro aspecto en el que también intervinimos, el de la asistencia. Cuando el señor Salvador era teniente de alcalde nos proporcionaba mantas, que repartíamos entre las familias más necesitadas. Y ayudábamos a la parroquia en el reparto de los bonos alimentarios.
La Asociación había cumplido su objetivo y decidimos disolverla. Durante once años ocupé la presidencia de la Asociación; intenté en todo momento que las cosas mejoraran, en un barrio humilde, de gente trabajadora. Me queda la satisfacción de haberlo hecho.
Enric Murt Borràs / Fondo Alt
Sigues el primer en comentar on "Maig, 3 dimecres / Enric Mur, el Fondo els anys 60"